El Calendario Republicano
« En este lugar y en este día empieza una nueva época de la historia del mundo. »
Goethe
Un poco de historia

La Revolución Francesa no tuvo lugar el 14 de julio de 1789, aunque se conserva esta fecha como referencia en los libros de Historia. Los Parisinos simplemente tumbaron en ese día un símbolo de los años pasados destruyendo la cárcel de la Bastilla, que sin embargo ya estaba un poco olvidada ya que sólo alberga a siete prisioneros en esta época.

La Revolución había empezado bastante antes, cuando el rey fue obligado a recibir unos cuadernos de las quejas del pueblo (los «cahiers de doléance»), y a aceptar que se organizarán charlas entre los representantes de la nobleza, del clérigo, y del tercer-estado (los otros).

Después de esta primera fecha, el rey Luis XVI siguió reinando, con bastante menos poder que antes, ya que la monarquía de derecho divino que había sido la regla hasta entonces tenía que aceptar unos entre los reclamos del Pueblo. Pero el régimen seguía siendo una monarquía. Y el poder pasó poco a poco entre las manos de los revolucionarios, que instalaron una Asamblea Constituyente, encargada de definir los poderes de cada uno, en el marco de una monarquía constitucional.

Valmy 1

Los monárquicos adeptos del «El Rey tiene todos los derechos», no se dieron por vencidos. En 1792, un ejército organizado por los nobles exiliados en Prusia vinó para significar a la burguesía y al pueblo que el jueguito había terminado. La batalla decisiva tuvo lugar en Valmy, al este de París, el 20 de septiembre de 1792. Los soldados que peleaban para el Rey, soldados de oficio entrenados, bien armados, enfrentaron al ejército revolucionario comandado por el general Dumouriez: los soldados de la Nación, mal entrenados, mal armados, pero que tenían algo más que perder aparte de su sueldo y su vida: su libertad.

Perdieron los monarquistas, no tan realistas en fin de cuenta.
Al día siguiente, 21 de septiembre, la Convención nacional votó la abolición de la Monarquía. El 22 de septiembre nació la Primera República Francesa.

Louis XVI
El rey Luis XVI no lo soportó.
Acabó perdiendo la cabeza.

En esta época fue decidida la creación de un calendario, conocido como el calendario Republicano, o calendario Revolucionario, cuyo primer día correspondía al primer día de la República. Tomó valor jurídico a partir del 22 de septiembre de 1793, y por lo tanto no conoció realmente ningún año I. Su creación se debe al matemático Gilbert Romme con la ayuda de los astrónomos Lalande, Delambre et Laplace. Pero la persona que está considerada como su verdadero padre es el poeta Philippe François Nazaire Fabre, conocido como Fabre d'Eglantine, que le dió los nombres de los meses y los nombres de los días.

Fabre d'Eglantine, nacido en Carcassonne en 1750, murió guillotinado el mismo día que el famoso Danton, el 17 de Germinal, año II (6 de abril de 1794). Recordemoslo sobre todo por su participación al calendario. Dejó entre otras cosas canciones como «Il pleut, il pleut, Bergère...», lo cual nos hubiera podido ahorrar.

La leyenda dice que lloró en el carro que lo llevaba a la guillotina, porque no había terminado un poema. Danton era corrupto, pero también bromista, y le habría declarado:
«No te preocupes, dentro de una semana, versos, habrás hecho miles...».
En francés, «vers» significa versos o gusanos, según el contexto.

Cómo funciona...

El año republicano está compuesto de 12 meses iguales de 30 días, seguidos por cinco o seis días complementarios, también llamados Sans-Culottides (esta última palabra se daba en honor a los Sans-Culottes, los Sin-Pantalones, ya que los que llevaban pantalones eran los nobles). La fecha del primer día del año I correspondía al equinoxio de otoño del hemisferio norte, y ese evento fue elegido para determinar el principio del año. Por esa razón, el primero de Vendémiaire no corresponde siempre al 22 de septiembre.

Cada mes está compuesto de tres décadas. Los días de cada década son primidi, duodi, tridi, quartidi, quintidi, sextidi, septidi, octidi, nonidi, decadi.
Los meses de otoño son Vendémiaire (el mes de las vendimias). Brumaire (el mes de las brumas), Frimaire (el mes del frío). Los meses de inviernio son Nivôse (el mes de la nieve), Pluviôse (el mes de la lluvia), Ventôse (el mes del viento). Los meses de primavera son Germinal (el mes de la germinación), Floréal (el mes de las flores), Prairial (el mes de la praderas). Los meses de verano son Messidor (el mes de las cosechas), Thermidor (el mes del calor) y Fructidor (el mes de las frutas).
Los días complementarios, que eran días feriados para terminar el año, son la Fiesta de la Virtud, la Fiesta del Genio, la Fiesta del Trabajo, La Fiesta de la Opinión, la Fiesta de las Recompensas, la Fiesta de la Revolución.

Además, para olvidarse de todos los santos con los cuales nos agobia el calendario gregoriano, cada día del año era asociado a un animal, una planta o una herramienta agrícola...

Festejemos la zanahoria, y olvidemos a San-Cosa...

La Iglesia esperó largo tiempo para reconocer que Copernico, Galileo y tantos otros, no estaban completamente equivocados. Ya que los religiosos de todas partes juegan a siempre estar atrasados, tanto del punto de vista de los derechos del Hombre y de la Mujer, no necesariamente en ese órden, dado que les gusta estar atrasados en cuanto al desarrollo de la Historia, dado que siempre eligieron ir a contra-corriente, elijamos adelantarnos en cuanto a nuestro tiempo. No hay nada más simple: demos vuelta atrás a nuestros calendarios y a nuestros relojes, y mientrás unos festejan con mucha fuerza su año 2000, otros su año 6000, también 1400 por otros lares, contentémonos de un modesto 212... es más chico, es menos redondo, es muy respetable...

Obyección su honor

Y a los que gustarían objetar que la semana da un día de descanso cada siete días, mientrás la década no da más de uno cada diez días, contestamos simplemente que a la hora en que la Francia política debate arduamente de la semana de treinta y cinco horas, nosotros proponemos la década de viente horas, o hasta menos. Días de descanso desde quintidi hasta nonidi, o más, y... ¡hagamos de Decadi una fiesta!

El año 2000 no es para mañana.